Época: UnidadGrecia
Inicio: Año 336 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
Alejandro y el Imperio Universal



Comentario

La muerte de Filipo por asesinato produjo una situación de gran confusión, donde proliferaron las acusaciones dirigidas no sólo a tratar de castigar a los asesinos, sino también a consolidar la línea sucesoria en una determinada dirección, con la eliminación en tanto que sospechosos de otros posibles aspirantes. Por otra parte, las luchas sucesorias se complican con los problemas territoriales, pues Alejandro participaba de la línea de los Lincéstidas, como hijo de Olimpia, con quien Filipo se había casado en su primer matrimonio, procedente de la Alta Macedonia y a quien se oponían los representantes de la Baja Macedonia, defensores de los descendientes de Cleopatra, considerados por algunos como los auténticamente macedones. Ante ellos, el propio Alejandro era considerado sospechoso. La muerte de Átalo es considerada por Diodoro de Sicilia como resultado de esas luchas, pues podía ser un competidor y había declarado, en el matrimonio de Filipo con Cleopatra, que por fin iba a haber herederos nobles.
Al margen de las cuestiones propiamente dinásticas, y del hecho de que en esta coyuntura se manifestaran una vez más las tendencias centrífugas características de los pueblos sometidos a la monarquía macedónica, también hay que introducir un elemento fundamental, consistente en que, a estas alturas del desarrollo del sistema, entre estos pueblos todavía está vigente la tradición que obliga a los reyes a obtener el trono a través de competencias y luchas con otros aspirantes.

También en Grecia la lucha continúa, pues fue necesaria la sumisión de varios movimientos de rebelión. Desde el 336 Alejandro comienza la carrera en este sentido, acompañada de la adopción de los títulos propios de la tradición helénica. Se nombra tagos de la liga Tesalia, hegemón de la Anfictionía de Delfos y strategós autokrátor de la Liga de Corinto. También actúa en el norte y llega hasta el Danubio, mientras que en Ambracia se dice que respetó la autonomía e instauró la democracia. En Atenas liberó a la ciudad de los persas, adoptando así la identificación de la resistencia demosténica con la colaboración con el bárbaro tal como la definía Esquines. Tebas se queda sola en su resistencia y como había luchado en favor de los persas en las guerras médicas y se lo pedían otras ciudades, al menos según las fuentes favorables a Alejandro, éste arrasó la ciudad dejando en pie sólo la casa de Píndaro, como síntoma de dudoso respeto a la cultura, y esclavizó a treinta mil ciudadanos. Dijo que cumplía así con los deseos de la Liga de Corinto. En cualquier caso, resulta significativa como acción inaugural de los nuevos sistemas de dependencia que se instalan gracias al apoyo del reino de Macedonia, donde la orientalización posterior, despótica, encuentra una disposición tendencial, al menos.